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jueves, 15 de julio de 2010


Dónde, cómo, cuándo, por qué...

No hay.

Me he perdido en medio de este bosque

y ni siquiera hay bosque,

sigo respirando, observando,

rotas algunas partes de mí

que se lleva una pequeña brisa,

el poema se lo llevaron a urgencias.

Pierna tras pierna,

segundo tras segundo,

vuelvo al núcleo.

Mientras se olvida,

se va llenando o vaciando,

el aire, la calle, el asiento,

la cama, que suspira.

Si pudiera yo encontrar

una buena armadura,

a mi medida,

y pasear sin miedo al tropiezo,

poetizando cada ventana

cada mirada.