Dónde, cómo, cuándo, por qué...
No hay.
Me he perdido en medio de este bosque
y ni siquiera hay bosque,
sigo respirando, observando,
rotas algunas partes de mí
que se lleva una pequeña brisa,
el poema se lo llevaron a urgencias.
Pierna tras pierna,
segundo tras segundo,
vuelvo al núcleo.
Mientras se olvida,
se va llenando o vaciando,
el aire, la calle, el asiento,
la cama, que suspira.
Si pudiera yo encontrar
una buena armadura,
a mi medida,
y pasear sin miedo al tropiezo,
poetizando cada ventana
cada mirada.