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domingo, 15 de febrero de 2009

DESMAYO DE LOS DÍAS


No estoy atento ni un segundo a lo que no quiero estar atento,
las trampas de la tristeza, las trampas de la vergüenza...
Yo me busco el aliento y la respiración, dejo apaciguar el temblor
pero no puedo dejar de notar la punzada que provoca este desmayo
de los días y las noches, por donde la dulce y insolente evasión va
al trote contra un viento agitado de la desolación de los días y las noches.
Todo por el temido encuentro entre la sinceridad y la pasión,
un hada y un dragón que se pelean cuando la luna mira fijamente.
Los días se han desmayado y tu voz se ha cerrado.
La guerra de las opiniones amenaza con argumentos dolientes
y razones sólidas y cortantes que ya han asesinado esta alma
bebedora de luz y, muerta ya, sólo puede pensar en renacer.
Y mientras los días están así desmayados tú y yo estamos lejos
y no sopla ni un suspiro entre tan larga distancia que dé un poco de paz
a los mil y un caminos entrelazados de la no-comprensión.
Diálogos de muertos árboles con muertas almas que van sonriendo.
Muertas piedras con muertas almas que van encontrando
hueco donde respirar, tranquilidad con la que sedar la realidad afilada.
Las cicatrices del aire voy oyendo mientras paseo y el lago de lágrimas
de mi alma muerta tiembla y grita en un susurro que no llega.

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