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domingo, 15 de febrero de 2009

UN PUENTE Y DOS GUARDIANES A CADA LADO


Me sorprende un poco la nariz, me sorprende un poco la máscara.
Estoy en mitad del puente, entre los dos guardianes.
No puedo parar de imitar la luz del sol con mi mueca sonriente.
Suelo mirar con los ojos llenos de alpiste por si me quieren picotear las palomas.
Veo que ya a nadie dejan pasar de un lado a otro.
La mañana ha despertado deshecha para estos hombres en guerra.
Pienso en la maravilla de la melodía
de la pausa que nace al dudar.
A veces me quedo quieto ante un guardián
mirándole fijamente sin parar de reír.
Sueño despierto que llego al estanque
de las libélulas y el silencio.

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